El origen de Beas de Granada se remonta a la época del Imperio Romano. Las referencias documentales más antiguas la sitúan en la calzada romana hacia Acci, de ahí su nombre procedente de la palabra latina Viax. Nació como casa de postas o lugar de aprovisionamiento y descanso ubicado en un cruce de caminos. Tuvo por su enclave una gran importancia durante el asentamiento romano. Fue paso obligado para viajeros y para acciones militares o mercantiles. Con la dominación árabe se convirtió en una alquería en la que residían una veintena de familias que tenían sus casas en los alrededores del castillo del que no queda ningún resto. Se trataba de una alquería muy relacionada con la ciudad de Granada. Su población se dedicaba a la agricultura de secano y al negocio floreciente de la morera para la cría del gusano de seda. Después de la Reconquista, las tierras y casas de este municipio fueron repartidas entre Francisco de Bobadilla y los moriscos. No obstante, estos últimos fueron hostigados con fuertes impuestos hasta que se rebelaron y fueron expulsados. Durante la revuelta se incendió parte de la iglesia. El municipio se repobló con colonos de Castilla, León, Asturias y Galicia.